Simplemente, se podría decir que las ventanas son un agujero en una pared para dejar entrar la luz. Sin embargo, el hecho de solo tener un orificio es que no solo deja entrar la luz, sino que permite que se caliente la habitación, permite que entre el clima y permite la entrada de visitantes no deseados.
En la Edad del Bronce y del Hierro para impedir que elementos externos accediesen ponían contraventanas de madera e incluso pieles de animales raspadas y estiradas. Con la invención del vidrio se llevaron las cosas un poco más allá al proporcionar una cubierta para ventanas que dejará pasar la luz al mismo tiempo.
Actualmente, las ventanas pueden tener cualquier característica y forma deseada. Con los actuales sistemas de fabricación es posible satisfacer cualquier exigencia constructiva, tanto en forma como en colores.
Pero no solo eso, actualmente las ventanas deben ir acompañas de persianas, para evitar que entre luz; o bien, tenemos que poner rejas y ballestas por seguridad.
Añadir que las ventanas también tienen un origen lejano y se supone que en el Antiguo Egipcio ya se utilizaban.
Las primeras ventanas que se popularizaron fueron el sistema de la persiana veneciana en el siglo XVIII. Pero fue en 1880 cuando se utilizaron por primera vez en Nueva York las persianas fabricadas con láminas de cristal. Y a lo largo del siglo XIX, este tipo de cortinas empezó popularizarse.
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